En la vida cotidiana tenemos miles de ejemplos de banalización (progresiva transformación de algo exclusivo en algo intranscendente, común, popular, en definitiva, que ya no supone una distinción).

En las aulas de management es habitual hablar de la banalización de las marcas. Por ejemplo algo que se está empezando a ver en algunas marcas de lujo, como Audi. Hace poco tiempo Audi era una marca exclusiva, y ahora, comienza a ser habitual que gente de la clase media comienza a lucir la marca de los aros. Es un fenómeno controlado y deseado por la propia marca, pero situémonos en un caso extremista y oiremos a un sujeto 1 intentando presumir de su flamante A4 «Mira, mira que Audi que tengo», y el sujeto 2 responderle restando importancia: «Sí, como el de Juan, y el de María. Como todos».

Por supuesto es una exageración, pero sí se observa que la marca Audi ya no ofrece esa distinción de la que antaño podía presumir. Por supuesto influye el cada vez mayor número de representantes de la clase media-alta, y esto no quita que sigan siendo unos coches de unas prestaciones fuera de lo común. Sigue siendo gama alta, pero la imagen de marca ya no es tan exclusiva.

Ejemplos más claros se observan en el turismo. Hace no mucho realizar un crucero o ir de vacaciones al Caribe (en invierno, no en época de huracanes que está más barato) era un lujo, mientras que ahora, ¿quien no conoce a alguien que no haya ido? O simplemente la isla de Ibiza, que observa con preocupación como se invade de turistas de clase media (muchos sin ningún tipo de clase entendida como civilización) que hacen que pierda todo su glamour. ¡Ahora todo el mundo va a Ibiza!

Ejemplos hay miles, favorecidos en todos los casos por una mayor accesibilidad, pero no sólo ocurre en la vida Offline, sino que en mi opinión, en internet también se sufre, y de manera más acelerada, la banalización.

Así, hace 4-5 años empezó a ponerse de moda los directorios (a raíz del nacimiento de Adsense). No era algo nuevo, ya tenían fama, pero fue su momento más dulce. Fueron apareciendo de manera paulatina (impulsados por la creación de scripts -unos mejores que otros-) y algo que era algo distintivo, comenzó a hacerse algo vulgar. En los últimos dos años se han creado cientos miles de directorios sólo en español, la mayoría de ellos no aportan mucho (categorización calcada de otros directorios, calcos de altas de otros sitios, a lo que se suma que son de poca antigüedad y su valor por enlaces es escaso).

Personalmente sólo me fijo en aquellos directorios anteriores a 2005 que se encuentran vivos y que cuidan al menos de manera decente su calidad, pero eso no quita que los directorios se hayan banalizado (y lo digo como propietario de un directorio de 2001, del cual estoy muy orgulloso a nivel privado, pero del cual no presumo en público porque parece que resta incluso crédito crédito -pues claro, ¡si todo el mundo tiene un directorio!-). Sí, es un directorio, es antiguo, tiene buena indexación, un tráfico elevado y está decentemente mantenido, pero no deja de ser un directorio, y eso a día de hoy ya es algo banal.

Lo mismo sucede con los blogs. Hace algunos años era casi un lujo, una distinción, estar a la última. Ahora si no tienes uno casi serás la burla en tus reuniones de sociedad. ¡Todo el mundo tiene uno! Tener un blog ya no te distingue, es algo banal.

Para finalizar, y quizás chafe los planes de alguien, comienzo a observar algo similar en las tan a la orden del día redes sociales (y en general a muchos de los llamados 2.0). Hace no mucho crear una red social era sinónimo de emprendedor innovador, con casi garantías absolutas de triunfo y previsible punta de lanza en el sector. Sin embargo, ahora hay redes sociales para aburrir, y cada día aparecen más. El mercado es amplio, y muchas de ellas podrán subsistir e incluso hacer negocio, pero está dejando de ser algo distintivo, algo exclusivo, algo diferenciador. «Estoy creando una red social que será un éxito» es algo que se oye a menudo, a lo que uno ya tiende a pensar «claro, y las de las 50 personas con las que he hablado antes que tú». Y es que parece que dentro de poco, ¡todo el mundo tendrá una red social -o similares-!.

¿Se estará banalizando la web 2.0? No es algo malo de por sí, pero dejo la pregunta en el aire. Yo no tengo la respuesta, pero podría tratar de adivinar que así será de manera progresiva -aunque la contraargumentación es que lo que no podía durar mucho es que fuera un producto exclusivo y distintivo-.

Actualización 11-septiembre: Viendo por comentarios en otros blogs que se malinterpreta esta entrada como un ataque a los blogs, decir que no es así. Banal no es algo despectivo (el problema es que si se utiliza aplicado a marcas de lujo sí supone un peligro para estas). Banal significa popular (proviene de la edad media, de los territorios feudales y los bienes usados por los siervos).

por Roberto

8 comentario en “La banalización en Internet”
  1. Creo que mezclas dos cosas que no son lo mismo. Lo de las redes sociales no es más que un sector con un (presunto) potencial de negocio en el que no hay barreras de entrada (ni técnicas, ni económicas) y donde es lógico que surjan n competidores dispuestos a invertir en ello. El glamour creo que no tiene mucho que ver en esto. Innovó el primero que pensó en ello, los demás simplemente están a ver si con alguna mejora (o, simplemente, replicando lo mismo) pillan algo.

    Pero en el tema de los blogs… que todo el mundo tenga un blog no es que no sea negativo… ¡es que esa es la gracia de la web 2.0! Que cada uno pueda disponer, gracias a una tecnología asequible tanto técnica como económicamente, de una forma de compartir su conocimiento / visión de la vida con el resto del mundo. La situación ideal es la de un hombre, un blog. En mi opinión eso no es banalizar, sino alcanzar el objetivo. Otra cosa es que algún iluso pensase que era «alguien» por el hecho de tener un blog o que pensase que se iba a «forrar» con él… pero eso es un problema de sus expectativas, y una muestra de no haber entendido nada de nada de qué significa todo esto.

  2. Raúl, ya te contesté en tu blog (ver la entrada http://www.vidadeunconsultor.com/2007/09/un-hombre-un-blog/ ), pero replico aquí también, aunque sé que no estás tirándome de las orejas, sino dandome un punto de vista diferente, correctivo (o así lo entiendo yo).

    Como te dije, el título es la banalización EN internet, y no la banalización de internet. Es un matiz significativo que cambia por completo el significado.

    Tampoco he dicho que sea algo negativo. la banalización es la extensión de algo con una limitación de accesibilidad a colectivos extensos (normalmente asociados a élites) a grupos más generales. Es algo que ha sucedido en directorios, en blogs y actualmente en redes sociales.

    Incluso la banalización de algo suele ser buscado. El ejemplo de libro de cualquier escuela de negocios es el de los coches y el sueñño de Henry Ford. Antes un coche era algo inalcanzable, y el sueño de Henry Ford es que todo americano tuviera un automóvil. El automóvil hoy en día es banal (no te distingues por tener coche -aunque sí por cual tengas-), pero eso tampoco es malo, incluso diría lo contrario: era lo que se quería.

    El problema es que se suele asociar banalización con pensamientos negativos (en marcas de lujo puede significar la destrucción de la marca), pero muchas veces es buscada y deseada.

    El objetivo de este post es trsladar ejemplos de la vida real a Internet. No veo donde he dicho que sea negativo, incluso en el último párrafo digo que no es algo malo.

    Sin embargo no estoy de acuerdo en lo que mencionas de los blogs. Creo que casi todo el mundo a la hora de realizar un blog busca representatividad y trata de diferenciarse para conseguirla (vale, alguno que otro se diferencia muy poco, pero eso es problema de cada cual).

  3. Tener un blog ya no te distingue, es algo banal…

    Hace algunos años era casi un lujo, una distinción, estar a la última. Ahora si no tienes uno casi serás la burla en tus reuniones de sociedad. ¡Todo el mundo tiene uno! Tener un blog ya no te distingue, es algo banal….

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