Llevo mucho tiempo sin escuchar radiofórmulas (emisoras de radio musicales), salvo en los pocos momentos en que coincida que vaya conduciendo escuchando la radio.
Tanto trabajando como en momentos de ocio utilizo frecuentemente servicios de música a la carta como Last.fm o Yes.fm (por cierto, durante un tiempo sus cuentas premium son gratuitas gracias a sus sponsors).
La ventaja de estos servicios por internet, además de su gratuidad (aunque tengan servicios adicionales de pago en algunos casos son gratuitos) es que permiten personalizar la lista de canciones que queremos escuchar (de manera totalmente legal y entre un amplio abanico de artistas) o bien escuchar música de canales preestablecidos o basados en los gustos de personas con semejantes gustos a los nuestros.
En definitiva, se están convirtiendo en los sustitutos más claros a las radiofórmulas. De hecho podrÃa decirse que se tratan de radiofórmulas personalizadas, donde se escucha lo que nos gusta, donde podemos vetar canciones, oir la música más acorde a la situación o estado de ánimo en que nos encontremos, o simplemente saltarnos esa canción que no nos apetece.
Pero en la radio no sólo hay radiofórmulas. También hay canales informativos, de actualidad, pero que frecuentemente tienen un problema intrÃnseco: su generalización, y habitualmente también resultan repetitivos (la polÃtica me interesa, pero no que se de vueltas a la misma perdiz continuamente, y por supuesto la economÃa, pero no que me estén cantando lo mismo de manera continua).
En este sentido los podcasts pueden suponer una alternativa, pero estos carecen en la mayorÃa de las ocasiones de la suficiente calidad en algunos casos, y de la suficiente difusión en otros, lo que deriva en que pocos se animen a realizar sus propios podcasts.
Si tuvieramos que definir los podcasts de una manera simple, serÃa como programas de radio que se difunden a través de internet. Normalmente son temáticos, y su realización puede ser profesional o amateur. SerÃan el equivalente radiofónico de los blogs a los diarios de papel.
El problema de los podcasts es que es necesario suscribirse a ellos, y esto supone que antes debes haberlos encontrado (no siempre es fácil), descargado y estar pendiente de actualizaciones, además de estar sujeto a los ritmos de publicación (no es válido para una escucha continua, salvo que te preocupes de programarte un conjunto de podcasts).
Pero, ¿por qué no aparecen servicios como Last.fm o Yes.fm basados en podcasts? Creo que con la suficiente promoción podrÃan tener un hueco importante, y podrÃa ser un competidor importante de las emisoras de radio tradicionales.
Con servicios semejantes podrÃan cubrirse temáticas sectoriales mediante la personalización (ejemplo: canales de juegos, tecnologÃa, construcción, derecho, economÃa…), escuchando información siempre de nuestro interés. Una radio personalizada.
También podrÃa suponer un impulso a la creación de nuevos podcasts, cada vez (presumiblemente) de mayor calidad.
Por supuesto tendrÃa una serie de problemas que podrÃan ser de difÃcil solución (no insalvables). El principal: asà como una canción es una canción (con una duración corta), y si te gusta bien y sino la pasas, es un podcast es complicado que toda su programación sea de interés, y dentro de él habrá altibajos. Un problema que se incrementa con la duración del programa…(normalmente son largos) y puede que ser un error saltarse un programa completo porque una parte no sea de nuestro interés (esto quizás se pueda solucionar dividiendo el programa en «escenas» como en los dvd, de manera que se pueda saltar una sección).
En definitiva, una herramienta que permita la escucha en lÃnea de podcasts (de calidad, por favor), que permita la selección de temáticas y el filtro de contenidos creo que serÃa una buena oportunidad de ocupar el hueco que poco a poco las radios irán dejando. Además de que son totalmente compatibles con otras formas de monetización (cuñas) y, reitero, ayudarÃa a la difusión, generalización, profesionalización y monetización de los podcasts.