Graficos de vivienda de Zapatero

Posiblemente los últimos dos debates pre-electorales emitidos en España enfrentando a los representantes de los dos partidos mayoritarios no hayan servido más que para reafirmar la intención de voto de quienes ya lo tenían decidido, fruto de la gran polaridad ideológica reinante. Pero sí que hemos podido aprender cosas como que en los últimos cuatro años el precio de la vivienda ha bajado (wtf?).

Obviamente esto se trata de una metedura de pata sublime, que o bien deja en evidencia la completa ignorancia del candidato o su intención dolosa (personalmente ambas me parecen no sólo posibles sino bastante creíbles).

Los datos estadísticos son interpretables en cuanto a su efecto (porque siempre hay que tener en cuenta varias variables que están influídas entre sí, es necesaria una visión global), variables según la fuente del estudio y la naturaleza de la muestra, y por desgracia también manipulables.

Ante todo decir que es normal que haya cambios en las metodologías de mecidión, aunque normalmente suelen ser justificables. Por poner un ejemplo de una que causó controversia, fue hace aproximadamente una década en relación a la tasa de paro, que cambió su metodología de cálculo para homogeneizarla con la de otros países, especialmente del entorno europeo.

El problema principal de los cambios en las metodologías de medición o de obtención de datos estadísticos es que invalidan la comparación con datos anteriores, y que dejan un cierto olor a chamusquina cuando parece que estos cambios tratan de ocultar o maquillar situaciones incómodas.

Durante esta legislatura han ocurrido cambios en los principales termómetros económicos, que coinciden con el caballo de batalla en la temporada de mítines. Esto es en el IPC, en el paro, y en el PIB. Algunos de ellos tienen una cierta justificación, otros son claramente maquilladores, pero casualmente todos afectan mejorando los datos (lo que se puede traducir en que la situación es peor de la que dicen los datos si se usaran las metodologías antiguas).

En cuanto al paro, se han creado subcategorías que son excluídas del colectivo de paro (reduciendo la cifra real de parados significativamente), como la de «demandantes que requieren servicios previos de empleo«.

La intención de esta exclusión es mostrar una realidad más fiel del mercado laboral (ese es el argumento), pero la realidad es que preparados o no, son demandantes de empleo, y deberían de estar incluídos en las cifras, como han estado siempre. Precisamente por eso mismo (porque hay demandantes de empleo que realmente no están en disposición de trabajar: cambios de puesto de trabajo, estudiantes, …) se considera el pleno empleo en torno al 4%. Si empezamos a excluir, el pleno empleo debería de ser 0%, lo que nos sitúa aún más lejos.

Al PIB (producto interior bruto, GDP) le sucede tres cuartos de lo mismo, con un cambio que tiene cierta justificación (no ha sido muy polémico), pero que también aumenta la cifra del PIB en un 0,7% aproximadamente. Se refiere a un cambio en la valoración de las rentas extranjeras, que venía teniendo un efecto negativo sobre el PIB de -1,4% y tras el cambio es de «sólo» -0,7%, metiendo ese 0,7% «a la saca» sin que haya una mejora real de la producción: sólo cambia la cifra (a mejor, claro).

En relación al IPC (índice de precios de consumo, RPI), no hay muchas novedades, salvo los lógicos cambios en la cesta de productos (que sí son muy habituales y tienen cierto sentido, a pesar de la discutibilidad de la entrada o salida de algunos, pero con escaso efecto). En este caso el cambio más polémico fue en 2002, con la actualización de la base y una gran reestructuración de la cesta.

Donde sí ha habido cambios (y polémica) es en la valoración de vivienda en compra, aunque cabe recordar que no forma parte del IPC al considerarse un producto de ahorro (no es consumo que es lo que mide el IPC), aunque existe un debate en torno a la necesidad de incluir los costes financieros (que con hipotecas a 50 años – que me parece una locura haberlas permitido – son muy importantes).

Así, en lo que supone una chapuza estadística, se eliminan de la computación aquellos pisos que son más caros de un valor límite. Habitualmente en estadística se eliminan valores extremos, pero por ambos lados, sin que afecten a la media, pero eliminar de manera discriminada como es el caso, precisamente en lo que más afecta a la subida (por su valor) huele a cuerno quemado.

Además, se realizó una ponderación con respecto a las tasaciones, lo que otorga un mayor peso a los distritos que sean más baratos, mayor al que le correspondería, lo cual también reduce la cifra.

Para los amantes de los titulares sensacionalistas, sería algo como «si contabilizaramos como hace unos años, ahora habría más paro, un PIB casi un punto menor y una vivienda más cara de la que nos dicen».

PD: desde aquí animo a todos a que vayáis a votar el próximo domingo, aunque estoy de acuerdo con vosotros: con estos políticos a veces se le quitan las ganas a uno. Pero no tiene sentido pedir derechos, y luego no aprovechar aquellos que ya tenemos, ¿no?

por Roberto

2 comentario en “Estadísticas económicas que no se pueden comparar”
  1. El problema de una gráficas que no se ve que narices representan no sirven de nada, que hay en el eje X, que hay en el eje Y? .. La vivienda obviamente no ha bajado en esta legislatura como tampoco ha crecido como quieren hacer creernos.
    Tienes una buena referencia de esto en un post de Jesús Encinar, con datos reales de idealista

  2. Las cifras que muestra idealista no son tan reales en mi opinión, ya que en estos últimos años, a medida que aumenta la penetración de internet, el perfil del usuario ha cambiado.

    Así, a principios de la década el perfil del usuario de internet era más «exclusivo» que hoy en día, y presumiblemente, las casas eran de mayor calidad o en «mejores zonas».

    Con la popularización de la audiencia (y de su página), han aparecido mayor número de viviendas, muchas de ellas en zonas más baratas. No dispono de cifras, pero tengo la sensación como usuario de ese portal de que abundan mucho más ciertas zonas más accesibles, que a la postre arrastran el precio medio a la baja.

    En definitiva, en mi opinión en idealista sucede lo mismo que comento en el post: que el mayor peso de viviendas en zonas baratas sobrepondera el peso de estas, y disminuye el rpecio medio.

    A cualquiera que viva en Madrid y que esté buscando piso (como yo, aunque con ninguna prisa) decir que sólo ha subido un 18% en estos 4 años resulta ridículo.

    Me creo mucho más la gráfica de Zapatero (que expresaba las subidas en porcentaje anual), aunque hay que matizar que se probablemente se base en precios escriturados (es el único valor del que tienen constancia) y a medida que el precio sube, la gente escritura menos, por lo que la subida real será algo superior.

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